Vanina Rudaeff: “La diversidad suma”
Por Candela Moscoso Feuillade
En una oficina ambientada como las que se ven en las revistas de decoración, Vanina Rudaeff, CEO de J. Walter Thompson Argentina, termina de cerrar algunos temas pendientes, revisa nuevamente su agenda y se relaja para charlar sin tener que prestar atención a la hora.Desde su época como estudiante hasta hoy, Vanina cree que el talento debe prevalecer por sobre el género. Con esa idea como premisa, busca derribar barreras generadas por prejuicios y así darle el lugar a quienes se lo propongan.Es una mujer en constante movimiento, comenzó a trabajar de muy joven como pasante en una productora, formó parte del equipo de Vegaolmosponce, fue directora de Servicios al Cliente en Ponce, y en 2014 se sumó a JWT para liderar la agencia.¿Qué sensaciones te genera ser una de las pocas CEOs en Argentina y en la industria?
Por un lado, me sorprende, pero por el otro yo tengo una visión de que el talento vale más que el género, peleo contra cualquier barrera que pueda suceder desde lo prejuicioso. Siento que tengo que ayudar a que cualquiera que tenga el talento para desarrollar una actividad pueda hacerlo, me parece que tiene que ver con el derecho humano de poder hacer lo que a uno le gusta.¿Por qué creés que muchas mujeres llegan a puestos senior pero no a niveles de alta gerencia? ¿Influye la maternidad?
Yo creo que hay muchos factores. Decir que las mujeres no avanzan porque los hombres no lo permiten o que hay otras mujeres que son competitivas y no las dejan, me parece que puede pasar. Lo que te pase también depende la mezcla psicológica que suceda en ese ámbito de trabajo. Pero como mujer -y hablo en primera persona- hay un momento en la vida donde una tiene muchos frentes productivos a la vez. Sucede que cuando vos estás en edad de ser mamá y tenés la decisión de serlo, justo es el momento en el que por ahí pasás de un nivel de mando medio a uno de mando alto. Entonces la prioridad, tu nivel de cansancio, tus pilas, tu garra y tu fuerza está puesta más en un balance de la vida orientado a lo personal que a lo profesional. Pasa mucho eso, pasa muchísimo. Hay que tener una constancia y una persistencia muy grande.En tu caso, ¿cómo pudiste conjugar ser mamá y profesional?
De momentos se me complicó, revoleé almohadones, me puse a llorar, me angustié, hice terapia, le tuve que poner muchísima garra porque no es todo tan fácil o un cuento de hadas. Creo que el tema no pasa por ser multitasking, es más una superposición de roles. Hay que hacer que las cosas funcionen y no sentirse más mamá y menos profesional o al revés.¿Te preocupa que haya mujeres que rechazan cargos directivos?
Las decisiones son muy personales, todo es respetable. No comparto que se critique a quienes eligen estar todo el día en la casa porque yo me he quedado en mi casa durante mis licencias y es una tarea muy agotadora. Es una mega responsabilidad y hay que administrar muchísimas cosas, yo trato de no subestimar ese esfuerzo.¿Qué acciones se podrían llevar a cabo para que quienes quieran seguir no abandonen la carrera?
En primer lugar hay que generar la posibilidad de que todos tengan un espacio de desarrollo profesional. Desde mi lugar intento alentar a la mujer a que pueda insertarse cuando no están dadas las condiciones, ayudar a la mamá que tiene un bebé y quizás necesita más tiempo porque no está preparada para tener 10 u 8 horas de trabajo. Darle la oportunidad si tiene que irse más temprano por un acto en el colegio o que pueda trabajar desde la casa si su chiquito está con fiebre.¿La tecnología ayuda?
La tecnología nos da herramientas que nos ayudan a seguir conectados a pesar de no estar físicamente, pero también depende de que en la compañía haya una apertura y un apoyo para el desarrollo de la mujer. La humanidad ha avanzado hacia los horarios más flexibles y el home office, y eso a las mujeres nos beneficia como también a los hombres. Mientras una está trabajando, hay hombres con home office y nos quedamos más tranquilas si nuestro marido está en casa. Entonces creo que la posibilidad de que ellos ocupen un espacio que antes ocupábamos nosotras, está permitiendo el crecimiento profesional de las mujeres.Más allá de la flexibilidad, ¿creés que se deben realizar otro tipo de acciones?
Importantísimo es igualar los sueldos entre hombres y mujeres. Lamentablemente es una vergüenza total lo que sigue sucediendo, entonces creo que hay medidas también desde lo económico, desde el ámbito y el contexto laboral, y desde el entendimiento personal que se deben llevar a cabo. La clave está en la posibilidad de que todos tengan las mismas oportunidades, justicia al 100% y que el talento triunfe por sobre el género. Otra acción interesante es tener entrevistas blind en las que no sé quién me está mandando una carpeta creativa: miro las ideas y no miro el género.JWT es una de las pocas agencias que tiene una directora general creativa mujer, ¿cómo ves la participación femenina dentro de los departamentos creativos?
La industria está demostrando que la diversidad en los equipos de trabajo suma al día a día, el talento puede venir de quien sea, no importa el género o la inclinación sexual-amorosa. Hay que priorizar la capacidad, la cualidad por sobre cualquier tipo de estereotipo. No es que una idea es buena porque sos varón o mujer, es porque sos bueno pensando ideas. Sí creo que las mujeres somos un poco más sensibles a la hora de “me tocaste una idea” y los hombres son más livianos en ese sentido. Lo cierto es que hay que tener sentimiento de liderazgo y así poder ir bancando esta liviandad de los hombres y esta pasión que ponen las mujeres. Igual hay hombres que son más sensitivos y apasionados, y hay mujeres que son más “frías”. Me parece que es educarse un poco en este ambiente para que nos den el espacio los hombres y también nosotras poder lograr la convivencia.¿Qué consejo les darías a aquellas chicas que están comenzando o transitando su carrera dentro de la industria publicitaria?
Primero que coloquen el talento por sobre todas las cosas en su vida. Si la negatividad te rodea, tendremos que luchar juntas para que no suceda, pero no hay que ponerse ningún tipo de prejuicio desde el principio. Lo segundo es ir balanceando lo que se quiere priorizar sin culpa, lo cual es muy difícil. A veces la culpa te mata, por eso hay que darle garra, tomar vitaminas desde lo emocional para ponerle empuje y seguir. Al final del camino, ese esfuerzo extra que una pone, se ve cuando te sentís realizada.Notas
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