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Género como criterio de noticiabilidad

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Por Lucila Lopardo.

Los criterios de noticiabilidad. Esos lineamientos que determinan qué es noticia y se aprenden en la primera clase de cualquier curso, tecnicatura, licenciatura o lo que sea en periodismo. La novedad de un hecho, la proximidad de un evento o las personas implicadas en él ya sea por su jerarquía o cantidad, son solo algunos. Pero ¿Qué sucede con estos criterios cuando hablamos de género?

Esta pregunta empezó a sonar en mi cabeza cuando, el pasado viernes, vi cómo plantearon sus tapas los principales medios gráficos por motivo del #8M. Dado que en nuestro país el dólar mata todo, lo cierto es que no podríamos saber qué espacio hubiesen tenido las notas referidas a género si el precio de la divisa no hubiese alcanzado los $44. Pero, independientemente del espacio (en términos generales, tanto en Página 12, Clarín y La Nación, se dividieron en un 50-50 entre dólar y género), lo que me quedó resonando fue la temática elegida.

Aunque para muchos el papel ya es algo del pasado, la tapa del diario define la agenda del día, es lo que toman tanto productores de radio como de TV para seguir los principales títulos y sacar contenidos. La tapa también cumple, aún, un rol icónico. Tanto Clarín y La Nación decidieron destacar a “aquellas mujeres que llegaron a lugares ocupados por hombres”. El primero, las reunió en una foto grupal y catalogó como “mujeres que rompieron el techo de cristal” mientras que el segundo salió con fotos individuales de cada una de ellas y las calificó como “pioneras”. Una maestra, una científica, una jugadora de fútbol en La Nación. En Clarín, la directora del penal de Olmos, la rectora del Colegio Carlos Pellegrini, una chofer de ambulancia del SAME.

Como periodista de economía y negocios, encontrar mujeres en posiciones de liderazgo es complejo, por lo que cada vez que surge una nueva directora General o CEO se le da la nota, se la destaca como “mujer que llegó” y surgen preguntas de tipo ¿Cómo hiciste para balancear la vida profesional con la familiar?, cuando a un hombre, con el mismo cargo y con hijxs, jamás se le harían. Se hablaría directamente del negocio.

Esto quedó resonando en la cabeza, hasta que en un scrolleo de Twitter, descubrí que no había sido la única. Ingrid Beck, directora de la Revista Barcelona y referente, puso mi inquietud en palabras:

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Como comunicadoras mujeres, tanto en publicidad como en periodismo tenemos la responsabilidad de demostrar y aclarar que existen sensaciones y sentimientos inherentes del ser humano como la ambición, la determinación o hasta el egoísmo que pueden ser experimentados por las mujeres. Que existen trabajos como manejar un camión o bien dirigir un establecimiento educativo o penitenciario para los cuales también estamos calificadas. Mismo, estudios nacionales e internacionales dicen que hasta somos mejores que los hombres en posiciones de liderazgo. Tal vez, por esa herencia histórica de servicio que cargamos generación tras generación.

Historias de superación, como nota principal. Artículos sobre desigualdad salarial y de mujeres en posiciones de poder, como notas B o  a modo de “segunda parte” de la cobertura. En un país en el que la brecha salarial es la norma, en el que hay más mujeres universitarias graduadas que hombres, pero estas no llegan a posiciones de poder y en el que hay un femicidio cada dos días ¿Cómo lograr que estos obstáculos sean el tema? ¿Cómo hacer de la norma, la noticia?

Esta pregunta me llevó a mirar hacia adentro y a ver con claridad que aunque las redacciones -gráficas- locales se jactan de tener mujeres en sus equipos, muchas con el cargo de editoras, sucede que, en la mayoría de los casos son estas mujeres las encargadas de cerrar productos, revistas, suplementos, producir notas, editarlas y asistir a sus propias coberturas en tiempo récord. Mientras que las posiciones estratégicas de desarrollo y dirección de producto son ocupadas por hombres ¿Cuántas mujeres dirigen hoy un medio masivo de comunicación en la República Argentina?

Si nos guiamos por el mapa de medios publicado por Anfibia, y el que publica la revista Apertura en su edición anual Target, el desbalance es evidente. La única que podría figurar como presidenta de un grupo mediático es Viviana Zocco, gerenta General de Grupo VI-DA que posee TKM, entre otros productos. Otras excepciones surgen en medios autogestionados como lo son la radio online Futurock o chequeado.com.

Lo mismo sucede si miramos las columnas de opinión. Un relevamiento de la organización Economía Feminista, demuestra que solo el 18% de los artículos de opinión fueron firmados por mujeres en 2018. Este resultado fue generado por un bot, al que bautizaron ColumnistOS  y que se conecta cada media hora para registrar las notas que el propio medio identifique como “columna de opinión” o similar y que esté en la sección principal de la página de inicio de cada medio.

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El análisis también determina que los picos de proporción de mujeres escribiendo en estos medios se dieron por motivo de la lucha feminista. Primero, en febrero de 2018 días antes del proyecto de ley por el aborto legal y el Paro Internacional de Mujeres, con 24%. El segundo pico máximo fue de 26% previo al tratamiento del proyecto de aborto legal en la Cámara de Diputados y el tercero del 24%, cuando Actrices Argentinas acompañó la denuncia de violación que presentó Thelma Fardin en contra de Juan Darthes.

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Los medios llaman a las mujeres para hablar de sus luchas, pero falta que las llamen para hablar de macroeconomía, consumo, impuestos, política, asuntos internacionales….¿Cómo tener perspectiva o criterio de género si puertas adentro esto no sucede? Dejar de hablar de las pioneras tanto fuera como dentro de las redacciones es una cuenta pendiente que deja, a simple vista, una certeza: el camino hacia la perspectiva de género recién empieza.

Foto de portada: Inés Vildoza.

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