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Una generación que le debe la “educación sexual” a las marcas

Por Azul Moyano

Una clase de biología en la que se hablaba de relaciones sexuales cuidadas, una charla de una marca de toallas higiénicas que iba a los colegios y entregaba bolsitas con productos, un encuentro con una doctora para hacerle preguntas, un documental que pretende explicar de dónde venimos. De esa pobre educación sexual venimos quienes vivimos nuestra pubertad y adolescencia en los 90 o 2000. 

En la semana de la ESI, queremos hacer un recorrido por la educación que recibimos dentro y fuera de la escuela para visibilizar la importancia de su implementación  en todas las escuelas a lo largo del país. 

¿Qué pasaba dentro de la escuela? Educación sexual directa.

Muchas escuelas en Buenos Aires dejaban las charlas educativas en manos de marcas de toallas higiénicas. A las mujeres se les explicaba qué es el ciclo menstrual y el embarazo. Los varones, dependiendo el caso, tenían un rato libre o se les explicaba sobre el uso del preservativo. 

En otras provincias, acudía una doctora a hablar sobre el uso del preservativo, métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual. En otros casos, profesores de biología daban una clase puntual sobre esos mismos temas, muchas veces mostrando documentales como “El grito silencioso” o “¿De dónde venimos?”

El patrón que tienen en común todas estas situaciones es que la única información que pretendían brindar era reproductiva: órganos reproductivos, ciclo menstrual y métodos anticonceptivos. Además, era binaria y con una bajada heterocis, marcando que solo había varones y mujeres y solamente existían relaciones sexuales entre esas partes. 

Nadie hablaba de temáticas que van más allá de lo biológico: la diversidad, del consentimiento, del placer, de los vínculos, los límites.

¿Qué pasaba fuera de la escuela? Educación sexual indirecta. 

Fuera del ámbito escolar, recibíamos educación sexual de forma indirecta. Frente a la televisión, pasábamos algunas tardes mirando novelas y en los comerciales aparecían publicidades. ¿Dirigidas a quién? Al público adolescente. Y allí estábamos, absorbiendo toda esa información. Estereotipos de género, naturalización de situaciones de acoso, poca diversidad sexual son algunas de las cosas que podíamos ver en estas publicidades. 

Axe nos mostraba que las mujeres caerían a los pies de cualquier varón que usara ese producto. Conquistar a una chica era algo simple, solamente usando el desodorante podías conseguir tu objetivo. 

Tulipán daba a entender que los varones siempre van a dejarse llevar por sus instintos y que no podían controlarlos. 

Por su parte, Impulse nos decía que “todo puede pasar”. Lo deseable era que los chicos se dieran vuelta en la calle para mirarnos. 

En estas publicidades se mostraban los estereotipos y roles esperables para los varones y las mujeres. 

Ser varón era sinónimo de ser macho, de querer conquistar siempre y de ser heterosexual.

Ser mujer era sinónimo de ser muy sensible, blanca, flaca y deseada.

¿Qué presencia tienen las marcas en la educación sexual hoy en día?

Consultamos con la empresa que iba a dar las charlas a los colegios de Buenos Aires y nos dijeron que actualmente no está disponible la opción para solicitar visitas a las escuelas. Agradecemos por eso.  

Hoy en día, las marcas tienen otras propuestas en relación a la temática. En todo el mundo, las niñas faltan a la escuela debido a su período menstrual.Por eso, P&G desde su marca de toallas higiénicas trabaja para cambiar eso a través de la educación sobre la pubertad y la confianza, y facilitando el acceso a productos para la menstruación. 

Muchas cuentas de Tik Tok brindan información valiosa y libre de estereotipos para las personas que están atravesando su pubertad y adolescencia. Una de ellas Fabiana Taul de Soberanía Menstrual. También Marcia Otto, que dirige la cuenta de @sexualidadymatroneria

Durante estos años, se priorizó un abordaje biologicista, binaria y heterocis. Muchas personas pertenecemos a  una generación que le debe la “educación sexual”  a las marcas de productos de gestión menstrual, desodorantes, chicles, preservativos, etc. 

Cuando hablamos de educación sexual, no podemos seguir pensando solamente en los temas biologicistas que nos han enseñado: aparato reproductivo, gestación, ciclo menstrual, enfermedades de transmisión sexual. Claro que estos temas deben ser abordados y enseñados a las niñeces y adolescencias.

Pero también, tal como se propone con la ESI, se deben abarcar los estereotipos de género, el concepto de intimidad, la diversidad, prevención de abusos y prevención de violencia en las parejas. 

Las personas criadas en los 90 y 2000 nos damos cuenta de la falta de ESI que tuvimos en el período escolar y de la importancia que tiene. También reconocemos cómo las marcas contribuyeron por años a crear una idea sobre lo que era la sexualidad, los vínculos, el cuidado y la importancia que tiene hoy en día que esos mensajes no se sigan reproduciendo.

Azul Moyano

Psicóloga especializada en género U.B.A. Creadora de contenido en Publicitarias.org.

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