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¿Qué aprendimos en estos 16 años de los Principios de Yogyakarta?

Por Azul Moyano Dos personas tomándose de la mano, una con traje color beige y la otra con traje rosa. De fondo la bandera del Orgullo LGBTIQ+.

Las violaciones de derechos humanos a personas de los colectivos LGBTIQ+ debido a una orientación sexual o identidad de género constituyen un patrón global. Estas violaciones son a menudo agravadas otras formas de violencia como discriminación y exclusión por color de piel, edad, la religión, discapacidad o posición ecónomica o social.

En el año 2006 un grupo de especialistas en derechos humanos se reunió en Yogyakarta para delinear un set de principios internacionales relacionados con la orientación sexual y la identidad de género. 

29 especialistas procedentes de 25 países, de diversas disciplinas y con experiencia relevante al ámbito del derecho humanitario, adoptaron unánimemente los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de los Derechos Humanos en Relación con la Orientación Sexual y la Identidad de Género.

Los Principios de Yogyakarta abordan una amplia gama de normas de derechos humanos y su aplicación a los asuntos de la orientación sexual y la identidad de género. Los Principios afirman la obligación primordial de los Estados de implementar los derechos humanos. Cada Principio va acompañado de detalladas recomendaciones a los Estados. Sin embargo, el grupo de especialistas también hace énfasis en que todos los actores tienen la responsabilidad de promover y proteger los derechos humanos.

Además, plantean recomendaciones adicionales a otros actores, incluyendo el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas, las instituciones nacionales de derechos humanos, los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales. 
Para conocer todos los principios ingresá a este link.

Azul Moyano

Psicóloga especializada en género U.B.A. Creadora de contenido en Publicitarias.org.

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