Cuidar cuidando: el nuevo programa de licencias de Arredo
Por Micaela Herrera Kwun
En Argentina, las licencias de cuidado para personas gestantes y no gestantes están pensadas de una forma binaria, como “licencia de maternidad” y “licencia de paternidad”. Según la reglamentación actual, la trabajadora mujer debe tomarse 90 días corridos de licencia por maternidad de manera obligatoria. Puede tomarse 45 días antes y 45 días después de la fecha probable de parto, según certificado médico, o bien 30 días antes y 60 días después. Con respecto a los varones, sólo tienen entre 2 y 3 días corridos.
Teniendo en cuenta las necesidades de las personas gestantes, no gestantes y el cuidado infantil, podemos ver que ninguna de las dos licencias son suficientes, pero menos aún la de paternidad. ¿Qué se puede hacer en 2 o 3 días? ¿Cómo se puede acompañar, procesar y empezar a cuidar en ese corto tiempo?
Arredo, una marca de artículos para el hogar, recientemente lanzó dentro de su empresa un programa llamado Cuidar Cuidando, que tiene como consigna dar a sus trabajadores 180 días de licencia para personas gestantes y no gestantes. Busca reconocer, mediante la aplicación de diversas políticas internas, el derecho de las personas a cuidar y a ser cuidadas desde una perspectiva de derechos humanos y sin sesgos de género.
Entrevistamos a la Gerenta de Sustentabilidad, Diversidad e Inclusión de Arredo, Fernanda Manuel y nos contó sobre su política de tareas de cuidados y del programa Cuidar Cuidando. En 2017 desarrollaron la campaña #MásDíasParaCuidar donde tanto el cuidado infantil como la corresponsabilidad en el hogar fueron el marco para lanzar una política de licencias extendidas para padres y la posibilidad de que las madres puedan optar por trabajar part-time durante los tres meses de excedencia.
¿Desde cuándo existe el departamento de diversidad e inclusión? y ¿cuáles son los objetivos que tienen?
Fernanda: El puesto tiene 1 año, pero eso no significa que no se haya trabajado en estos temas desde antes. Desde el 2015 empezamos a formalizar una política que se llama “Plan de Igualdad”. En función de los compromisos asumidos y de las buenas prácticas que ya veníamos realizando, es que formalizamos esta política. Como también el convenio que firmamos de los principios de empoderamiento de la mujer de Naciones Unidas del que somos adherentes.
¿En qué consiste el programa Cuidar Cuidando?
Fernanda: Cuidar Cuidando es una licencia de derechos al cuidado dentro del “Plan de Igualdad” de derechos y es la evolución de la primera política que se llamó “Más días para Cuidar”. Lo que teníamos antes eran licencias extendidas para madres y para padres. Esto es un salto cualitativo y cuantitativo porque es un cambio de paradigma. Es salir de la materialidad de las licencias, del género y de la gestación para entrar en una mirada de enfoque de derechos.
El derecho a cuidar y el de ser cuidado, es algo que va más allá del género, es algo que tenemos las personas. Cuando empezas a adoptar ese enfoque de derechos, observas personas y no géneros. Por ende todos deben tener los mismos derechos, no puede haber una diferenciación por si sos gestante o no, si sos mujer o varón, si sos paternante o maternante o adoptante.
Entonces, con este enfoque, es que unificamos este derecho para todos, todas y todes las personas que trabajan en Arredo, bajo este gran lema que son “180 días para personas gestantes y no gestantes”. En donde hay 5 etapas absolutamente definidas y cada etapa tiene un enfoque de atención importante.
Una de ellas es antes de la llegada del infante porque hay un sesgo de la gestación que deja por fuera la fertilidad asistida y la adopción. Entendiendo que para el caso de las adopciones no alcanzan 30 días hábiles, decidimos darle el mismo tiempo de licencia a aquellas personas que decidan adoptar.
¿Cómo fue el proceso del cambio en el régimen de licencia?
Fernanda: Lo consultamos con los empleados e hicimos encuestas. El proceso duró 1 año, en el cual se realizó benchmarking e investigación de buenas prácticas de otras empresas. Me encontré con 10 personas de RRHH para comprender qué estaban haciendo, leí leyes, estudié, me asocié a agrupaciones de temática para el cuidado como la “Alianza Global de los Cuidados” a la cual Arredo se adhirió como miembro.
Fue todo un año de conversaciones, búsquedas, propuestas, colecciones, buenas prácticas internas y tomamos como referencia las tres R de los cuidados que nos sirvieron de lineamientos para plantear el programa “Cuidar Cuidando”:
-Reconocer la tarea de cuidados, valorar, ponderar y economizar. Desde cuánto sale, cuánto es el tiempo, quién lo hace. La valoración, y ¿por qué no? el pago de las tareas, de qué es lo que no se está haciendo.
-La Reducción de las tareas del cuidado, a través de servicios sociales, básicos de infraestructuras (jardines y maternal).
-La Redistribución de los cuidados habla de la corresponsabilidad que tienen los Estados, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil en las tareas de cuidado. En esta parte hay una familiarización de los cuidados, ya que se le da el enfoque de que la familia no es la única responsable de los mismos.
También entendemos que como empresa debemos hacernos cargo de este tiempo de cuidados como un derecho que tienen las personas. No estamos dando más de lo que corresponde.
¿Brindan capacitaciones a sus trabajadores para conocer las 3 R? Porque sabemos que mayormente las tareas de cuidado recaen sobre las feminidades. ¿Cómo encararon esto desde Arredo para fomentar también a las masculinidades a ser cuidadores?
Fernanda: Esto es un programa integral, porque no solamente tiene un “tomá, te doy estos días”, sino que te explico y te acompaño en cómo los vas a disfrutar y aprovechar. Este es el 5to eje: “maternar y paternar”, que tiene un focus group que ya lo estamos haciendo con paternantes y maternantes que estén atravesando una de estas etapas.
También hacemos charlas de concientización, eso es grupal para toda la empresa. En las mismas hablamos de nuevas paternidades, masculinidades y acompañar más que nada.
El tema acá es que es un desafío cultural entender que tenés todos estos derechos y empezar a disfrutarlos. Y el otro desafío que vamos a enfrentar, que es el más fuerte, es la desconstrucción de estos estereotipos basados en género que tenemos las personas en las tareas del cuidado. En ello tenemos un rol muy importante en el acompañamiento de esta desconstrucción. No alcanza con solo dar los días, sino que el desafío está en acompañar a las personas para que los puedan disfrutar.
¿Consideras, en base a tu experiencia, que es muy complicado que otras empresas u organizaciones amplíen la licencia?
Fernanda: Ese es uno de los tantos mitos que nosotros desarticulamos cuando presentamos este proyecto para validar. Hay una gran creencia de que es un costo económico, pero en realidad yo desafío a preguntar: ¿es un costo económico para la empresa dar este tiempo o detrás hay una conversación que tiene que ver con la productividad de las personas? Esto de que “van a pensar en otra cosa, va a estar pensando en no venir, será cierto que se le enfermó alguien”, como si alguien lo estuviera inventando.
Creo que hay que empezar a pensar en estos temas, porque el costo económico se desarticula rápidamente. Es entender que las personas necesitan este tiempo para estar presentes y que van a ser productivas, y no todo lo contrario. Serán más productivas, más agradecidas y más vinculadas con la realización con su familia, que todo lo que se cree que es contrario. Todas nuestras licencias son flexibles y tienen la oportunidad de decir “no, no quiero” y está bien.
Hay que terminar de entender que en realidad primero, hablando de empresas, organizaciones y estado, tenemos la responsabilidad, la corresponsabilidad y la obligación. En definitiva, si vamos a dónde está la responsabilidad, es en que no estamos dando más de lo que tenemos que dar porque es un derecho.
¿Cómo hacen para que la persona esté tranquila pidiendo la licencia? Porque muchas veces hay un gran miedo si une se pide la licencia por cuidados, y termina costando pedir permiso para salir antes. Muchas veces pasa con niñeces pequeñas que se enferman.
Fernanda: Esto se llama las “Escaleras Rotas de las Mujeres”, que sus carreras se cortan con el nacimiento de un bebé o el de maternar. Sucede por la división sexogenérica del trabajo y todos los roles de cuidado asignado a las mujeres, en donde terminamos adaptándonos a entender que tener familia es perder. Entonces, la elección antes era o tenés familia o trabajás. Eso las masculinidades no tuvieron que pasarlo. Venimos de siglos de esa elección. A esto me refiero con tener una política de cuidados, que no alcanza con darte un día, sino que tiene que haber detrás una concepción de derechos que sostenga por qué hacés lo que hacés.
Para cerrar, desde tu experiencia, ¿qué le dirías a otras empresas u organizaciones en base a este trabajo que has realizado y que realizas a diario con la política de cuidados, para que puedan empezar a aplicarlo?
Fernanda: No se pierdan la oportunidad de la emoción que se siente y que sienten las personas cuando se sienten reconocidas y valoradas en este derecho.
Cuando nosotros presentamos esta política internamente, todos lloramos, y nos seguimos emocionando como en la presentación de prensa, porque todos entendemos que pasamos por momentos muy alegres, tristes y difíciles en la tarea de cuidar y ser cuidados.
Donde te estén hablando de esta manera y te estén dando el permiso que te corresponde para poder estar donde tenés que estar, ya sea en un momento feliz o triste, te emociona mucho. No se pierdan ese componente de ser humano que en definitiva somos todos, todas y todes.

Micaela Herrera Kwun
Periodista egresada de TEA. Especialista en cine y voluntaria del equipo editorial de Publicitarias.
Notas
relacionadas




Lee por categoría:
EditorialEn Primera PersonaEventosGénero y diversidadNovedadesUncategorized