Más allá de las ganancias del orgullo: Bud Light y Target
Por Melina del CastilloEn los últimos años, la industria del marketing y la publicidad ha presenciado cómo las marcas se alinean con causas sociales, especialmente durante el Mes del Orgullo. Sin embargo, las experiencias de dos marcas importantes en EEUU, Bud Light y Target, han planteado preguntas críticas sobre la sinceridad de su apoyo a los colectivos LGBTIQ+. Estas historias nos sirven como un aprendizaje, arrojando luz sobre las consecuencias de utilizar el orgullo únicamente con fines de lucro, sin respaldar plenamente a las personas a las que se les pide soportar el odio y la discriminación.
Empecemos por Target, una enorme cadena de supermercados conocida por sus campañas de marketing inclusivas y su defensa de los derechos LGBTIQ+. Cuando llegó el mes de junio, Target presentó su esperada colección del Orgullo. Pero en medio de las celebraciones, se estaba gestando una tormenta.
La compañía enfrentó críticas tanto de conservadores como de los colectivos LGBTIQ+. Algunas personas argumentaron que el apoyo de Target al Orgullo era superficial y carecía de acciones sustanciales más allá del ámbito del marketing. Al mismo tiempo, personas más conservadoras amenazaron con boicotear a Target y prometieron dejar de ser clientes debido al apoyo de la compañía a los colectivos LGBTIQ+.
Esto no solo puso presión sobre la marca, sino que también creó un ambiente hostil para quienes trabajan en las tiendas de Target, ya que terminaron en medio del conflicto de esta controversia social y política, incluso recibiendo amenazas de muerte. Esta escena decepcionante llevó a la tienda a retirar su mercancía del Orgullo de los estantes.
En general, Target es conocido por su compromiso con la inclusión y tiene un historial de lanzar colecciones que honran diversos movimientos culturales y sociales, como el Mes de la Herencia Hispana y el Mes de la Historia Negra. También ofrecen a sus clientes la oportunidad de donar a organizaciones sin fines de lucro relacionadas con causas sociales e inclusivas a través de su aplicación móvil. Si bien entendemos la preocupación por la seguridad de sus trabajadores, quienes se encontraron en una situación amenazante, surge la pregunta: ¿Fue retirar la mercancía del Orgullo de los estantes la decisión más ética?
En una narrativa paralela, Bud Light, un peso pesado de larga data en la industria cervecera, se encontró en una situación similar. Durante el Mes del Orgullo, la intención de celebrar la diversidad llevó a esta marca a colaborar con la influencer transgénero Dylan Mulvaney.
La campaña publicitaria de Bud Light con Mulvaney generó controversia, despertando la ira de consumidores conservadores y provocando un boicot contra la marca.
Lo que añadió a la decepción, sin embargo, fue la falta de apoyo de Bud Light hacia la influencer en medio del odio que recibió. La marca no se comunicó con ella ni ofreció ninguna forma de solidaridad, lo que plantea dudas sobre sus verdaderas intenciones y revela un desalentador motivo detrás de sus gestos anteriores, impulsado por las ganancias.
De repente, la posición de Bud Light como la cerveza más vendida de Estados Unidos se puso en peligro, resaltando aún más el delicado equilibrio que las marcas deben lograr al navegar temas sociales polarizantes.
Los casos de Target y Bud Light destacan las dificultades que enfrentan las empresas al tratar de llegar al público LGBTIQ+ en un mundo dividido por la política y la ideología, división fomentada por los algoritmos encapsulantes de las redes sociales. Estos incidentes subrayan la necesidad de que las marcas vayan más allá de las meras palabras y aboguen verdaderamente por las causas que dicen apoyar. Ahora más que nunca, es imperativo que las empresas demuestren un compromiso genuino con la inclusión y los derechos humanos, incluso ante la adversidad.
Es inaceptable que las marcas utilicen las experiencias y luchas de los colectivos LGBTIQ+ como meras estrategias de marketing, sin proporcionar un apoyo y protección total a aquellos a quienes buscan alcanzar.
El apoyo meramente simbólico durante el Mes del Orgullo, sin una protección activa de quienes enfrentan discurso de odio y violencia, disminuye la autenticidad de las acciones. Es fundamental que las empresas demuestren una verdadera solidaridad y una disposición para defender los Derechos Humanos, incluso ante la oposición y las críticas.
Las marcas deben fomentar la aceptación, la diversidad y el respeto mediante la implementación de políticas de no discriminación, la promoción de una representación diversa, el apoyo a organizaciones LGBTIQ+, la realización de capacitaciones sobre diversidad, la defensa de los derechos LGBTIQ+, la creación de productos inclusivos y el establecimiento de grupos de apoyo para empleades. Al tomar estas acciones, las marcas pueden ir más allá del ámbito del marketing y brindar un verdadero apoyo a las comunidades con las que dicen estar, priorizando el bienestar y la igualdad de todos los consumidores y empleados.
La verdadera libertad y la igualdad deben extenderse a todas las personas, independientemente de su identidad de género, orientación sexual o cualquier otra característica. Es imperativo que las marcas alineen sus acciones con sus valores declarados y aseguren que su apoyo a la comunidad LGBTIQ+ no sea meramente simbólico, sino respaldado por acciones reales y tangibles que contribuyan a un cambio positivo y al progreso social.
En conclusión, inspiremos a las marcas a trascender los motivos impulsados por las ganancias y encendamos un cambio transformador hacia la creación de un mundo inclusivo y seguro para todos.
Como comunicadores, tenemos el poder de impulsar el cambio. Es nuestra responsabilidad ir más allá de gestos superficiales y promover activamente los Derechos Humanos y la inclusión. Podemos ayudar amplificando voces diversas, mostrando historias auténticas y desafiando estereotipos a través de un mensaje poderoso.
Utilicemos nuestras plataformas para educar, empoderar y fomentar la comprensión, creando un efecto multiplicador que conduzca a un cambio social positivo. Podemos crear un futuro en el que cada persona sea valorada, respetada y celebrada por ser quien es.
Imagen del header: Photo AP Seth Wenig
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