Piérdelo todo. Gánalo todo.
Por Alejandra HaroLa campaña de Nike que desafía los obstáculos del fútbol femenil en México y también nos reta.
Si eres publicista es muy probable que ya hayas visto esta campaña donde bajo el eslogan “Piérdelo todo. Gánalo todo.” logramos ver cómo se resignifica la pérdida para resaltar la perseverancia y la lucha que caracteriza el fútbol femenil. Pero ¿qué hay detrás o qué es eso evidente que nos muestra esta pieza? ¿Qué no se nombra pero ahí está?
Lo primero, nos muestra la dura cultura mexicana en relación con las futbolistas femeninas. Comenzando el comercial con una entrevista, donde nos señalan cómo los medios han sido parte de esta construcción social para perpetuar estos estereotipos. ¿Será una coincidencia? O es una campaña que sutilmente lo señala, dando a conocer a futbolistas que a pesar del estereotipo, están dispuestas a perder hasta ganarlo todo.
Dentro de esta campaña, se comparten historias personales y conmovedoras de superación. Estas historias van desde desafiar las tradiciones locales y las expectativas familiares hasta enfrentar limitaciones económicas. Un ejemplo destacado es el de Carla Nieto, quien, al no poder inscribirse en un equipo de fútbol, decidió crear su propio equipo con sus tías y primas, demostrando que ella ya contaba con el equipo perfecto desde el inicio: el apoyo de su familia.
La campaña también se destaca por su autenticidad, ya que muestra historias reales de las jugadoras, sin exagerar ni adornar los desafíos que enfrentan. Es decir, al contrario de otras campañas, en esta no vemos escenas que exageren su fuerza: es lo que pueden hacer, es su destreza real. No son heroínas ni salen volando, salen haciendo lo que pueden (y bien saben) hacer.
No es sorpresa que entre ambos mundos(varonil y femenil) hay diferencias, más allá de la preparación, la brecha salarial, los fans o la cobertera. Podemos darnos cuenta de que la disparidad del mundo femenil con el mundo varonil no puede medirse solo en la cancha y mostrar los obstáculos que vive una jugadora cuando ya es jugadora de primera, sino que arrancan desde el momento de querer pegarle a una paleta.
El deporte se vive en la calle. Se vive en una vecindad, en el mercado, en nuestro día a día y es ahí donde debemos expandir nuestro impacto como comunicadores, no solo como una marca, sino como sociedad. ¿Cuántas jugadoras no se habrán perdido antes? Y no tienen que llegar a ser atletas, sino simplemente disfrutar el simple hecho de jugar.
La quinceañera, más allá de mostrar una celebración típica de nuestro país también nos muestra un momento de cambio y decisión. Esa edad es una época donde el cuerpo comienza a cambiar y es justo aquí donde comenzamos a transitar el mundo con un cuerpo cambiante.
Hablando fuera de la cancha, el poder de piezas como esta nos llevan a pensar en cómo se transmite este mensaje a otros gremios. Por ejemplo, en el mundo publicitario, las mujeres creativas hemos perdido mucho para ganar. Hemos perdido comodidad, tiempo, dinero pero también hemos ganado la oportunidad de romper barreras. Hemos perdido sueños, ideas. Hemos perdido el miedo y la creencia a pensar que solo podemos llegar a ciertos escalones. Como creatives a veces deberíamos de perder el miedo a aceptar que no sabemos todo y seguir aprendiendo o el miedo a dejar el ego, a escuchar a otros.
Igual la industria tiene que perder algunas otras, sin duda. Pero esta campaña nos inspira a perder un poco, de todo eso que tal vez ahora nos puede parecer muy cómodo pero que al final nos va a llevar a ganarlo todo.
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