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Los Oscars, Barbie y Anatomía de una caída

Por Florencia Mendez Foto de varios premios Oscar.

La temporada de premios nos da la vida a las fanáticas del cine hollywoodense, las estrellas, las alfombras rojas y demás. Pero también nos da la oportunidad de hacer un balance sobre dónde está parada la industria mainstream en materia de género y representación, conversar y debatir por ejemplo, ¿qué tienen que ver Barbie con Anatomía de una caída?

Las nominaciones a los Oscars de este año dieron que hablar. Mejor dicho, las no nominaciones.

Es que Barbie, el film de Greta Gerwig, fue nominado a Mejor Película pero su directora y su protagonista, Margot Robbie, no obtuvieron ninguna nominación. Barbie fue el mayor éxito en taquilla del 2023 en más de 20 mercados y rompió el récord como la película más comercialmente exitosa dirigida por una mujer. Incluso hasta se le atribuyó el mérito de, junto con Oppenheimer, acercar al cine a un público que se encontraba alejado de las salas. Pero además: tomó sin duda la posta de la conversación en internet durante julio de 2023, el mes de su estreno, con un pico de 1.4M de menciones el día del estreno vs. las 450K que tuvo Oppenheimer en redes sociales, blogs, sitios de noticias y foros. Hizo de su estética una tendencia mundial que influyó en la moda provocando, entre otras cosas, que miles de personas elijan ir con un outfit barbie-coded al cine (en julio de 2023 los TikToks con ideas de Barbie outfits acumularon más de 11M de visualizaciones); presentó un soundtrack exitosísimo, de hecho el más exitoso del siglo según The Guardian. Solamente las canciones de Dua Lipa y Billie Eilish acumulan juntas más de 1.200M de reproducciones.

Sin dudas podemos debatir si estas decisiones suelen ser tomadas simplemente por el mérito y determinados cánones de excelencia, o si el patriarcado tiene algún tipo de injerencia. A título personal me pregunto cómo es que la persona detrás de la dirección de una pieza que provoca todo lo mencionado anteriormente en la cultura pop contemporánea, y la actriz protagonista de este suceso no merecen ser nombradas en sus respectivas categorías. Y acá quisiera hacer una aclaración, no siempre todo lo popular es “bueno”, pero en este caso esta reflexión parte de la base de que estamos hablando de un título nominado a Mejor Película.

Mirando el vaso medio lleno, también podemos reconocer que esta edición incluye la primera nominación a una mujer estadounidense con ascendencia nativa norte-americana (Lily Gladstone, nominada a Mejor Actriz, por su trabajo en Los Asesinos de la Luna), y que dentro de las nominaciones a mejor dirección se encuentra, como única representante de las personas no-varones-hetero-cis, Justine Tret. Como siempre, es imprescindible destacar que lo importante e interesante no es su género ni etnia sino su trabajo, el mismo por el cual son reconocidas.

Anatomía de una caída, la película que le valió la nominación a Tret, es uno de esos policiales que te atrapan y te dan ganas de cambiar el rumbo de tu carrera profesional y estudiar derecho penal. Pero además, es una película que te sacude la estantería de los cánones y los estereotipos que tenemos más internalizados a la hora de mirar el mundo.

A grandes rasgos y spoiler free, podemos decir que el punto de vista que nos ofrece la directora sobre algunos temas imprescindibles para los feminismos es interesantísimo: el rol de la justicia, una institución con un papel tan clave como históricamente machista; la distribución de las tareas de cuidado y su relación con otras cuestiones vitales que se ven directamente atadas a las mismas, como el desarrollo profesional y económico; la maternidad y la relación forzada de la misma con la ternura y devoción absoluta; los lugares de pertenencia; y el deseo.

¿Por qué es importante que los Oscars reconozcan una película como esta? Porque su protagonista (Sandra Hüller como Sandra) es una mujer que no cumple expectativas. Que la mayoría de las veces no hace, es, ni dice lo que esperamos y, en el contexto de un juicio, eso nos obliga a parar la pelota, reflexionar y casi nos ahoga en la urgencia de la necesidad de tomar una decisión para terminar de encasillarla en el rol de “mala” o “buena” mujer.

Es importante que al hablar de representación se considere todo el espectro que puede abarcar. Quienes comunicamos tenemos que recordar la importancia de observar y construir la imagen completa, y evitar poner el foco solamente en el aspecto. La diversidad que desafía estereotipos de género no es sólo física, es también intelectual y tiene que ver con las emociones, los comportamientos y las actitudes.

Entonces, ¿qué tiene que ver Barbie con Anatomía de una caída? Cada quien tendrá su propia respuesta. Personalmente la encuentro cuando intento aplicar la misma sensibilidad o agudeza crítica con la que elijo individualmente qué consumir, a observar cómo las audiencias perciben estos relatos.

Imagen del header: iStock baona

Florencia Mendez

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