Publicitarias

No sos vos, soy yo

MCabot
Por Marcelo Cabot.

Trabajo en docencia desde hace 9 años dictando asignaturas de creatividad y redacción publicitaria en carreras de publicidad. Un mayor porcentaje de las personas que encontré estudiando fueron y siguen siendo mujeres. No una mayoría extrema, pero casi siempre más de la mitad. Y muchas de esas mujeres fueron y son aspirantes a trabajar en creatividad publicitaria.

Hace tiempo que no trabajo en una agencia de publicidad. Lo hice durante 12 años y desde hace algo más de 10 años lo hago de manera independiente. Mientras trabajé en agencias, yo también vi siempre a menos mujeres en el área creativa. Leyendo otras notas del blog veo que nada ha cambiado, y que hoy la presencia de mujeres, sobre todo en el área creativa, sigue ocupando un menor porcentaje.

Puedo asegurar que las vi y las veo en el aula con capacidad, con inquietud y con actitud creativa. Pero dicen que no están en las agencias, o que son pocas las que están. Bueno, al menos ya sabemos que hay. Lo que no sabemos es qué pasa en el camino.

Antes de empezar a escribir, por supuesto me puse a revisar en mí qué pensaba y qué podría aportar sobre el tema. Un aporte que no fuera una queja o que suene a reclamo de justicia. Hasta jugué a pensar que si alguien nuevo en el mundo, despojado de todo conocimiento, observara esto desde afuera diría que acá hay alguien que no deja entrar a alguien. Eso parece. Pero quiero tener cuidado, porque pienso que el machismo nos atraviesa de tal modo que hasta se nos entromete también a la hora de resolver el machismo.

Me surge problematizar la cosa, o preguntármela desde otro lugar:

A lo mejor, muchas mujeres no quieren estar en agencias.

No, no digo esto como la solución al problema, fin de la nota y un traslado de responsabilidad, sino como una visión que contemple más posibilidades.

Va de nuevo: ¿las mujeres no pueden formar parte de las agencias o no quieren formar parte de un club de machos que juegan a ver quién escupe más lejos? Sé que para el caso puede seguir siendo lo mismo, que las mujeres quedan fuera de la industria en agencias. Pero no es lo mismo estar afuera por pasivas que por activas.

Creo que la diferencia no es menor, aunque el efecto siga siendo el mismo. Porque con todo esto se puede estar alimentando una creencia equivocada de que las mujeres no tienen lugar ahí, no pueden, no las dejan. Y todo eso significaría que estamos colaborando con un “¡pobres las mujeres débiles!”. Así, seguiríamos sosteniendo el machismo creativo pero disfrazados de ayudadores.

La incapacidad es nuestra, de los hombres, y no de las mujeres. No sé si es que los hombres tenemos que interesarnos por las mujeres en la industria. A lo mejor los hombres tenemos que ser más interesantes para las mujeres de la industria.

Tampoco creo que acá haya culpables. Desde el celeste y rosa que nos ponen de chiquitos hasta que nos hacemos grandulones seguimos yendo por donde nos enseñaron. Existe la energía masculina y femenina, y no los masculinos o femeninas. Pero creemos que tenemos que estar de un solo lado, o blanco o negro. O muñecas o autitos. O llorar o aguantar.

Es tarea de todos, y alguien tenía que mover primero. Empezó moviendo Publicitarias.org.

Sigamos moviendo.

Cuando supe de Publicitarias se me armó una imagen de un montón de mujeres queriendo derribar puertas de agencias para poder entrar. Ahora me hago esta otra imagen: un montón de mujeres activas preparadas para entrar, pero cuando los hombres estemos listos.

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