Hace unas semanas volví de mi primer viaje sola desde que soy mamá. Mi bebé tiene 8 meses y toma teta.
Hace rato vengo pensando en cuántas buenas intenciones hay (“queremos más mujeres en puestos jerárquicos”, por ejemplo) y qué poco conocimiento y acciones concretas para lograrlo.
Hoy quiero contarles (especialmente si sos VARÓN, si sos MANAGER, si no tenés pensado tener hijos, si no tenés idea de lo que te estoy hablando) lo complicadísimo que es viajar por trabajo. En primera persona. Porque lo que no se conoce no se puede cambiar.
Porque tengo el privilegio de tener un trabajo que me permite viajar y capacitarme, el tiempo para escribir esto, el apoyo y el acompañamiento de un montón de personas, acceso a información, acompañamiento de profesionales, una pareja que paterna conmigo, y tantas cosas más. Siento que tengo el deber de contar esto. Porque incluso buscando encontré poquísima información.
– Cada 2 o 3 horas o podés tener una infección en la teta
¿Vos sabías que si estás amamantando TENÉS que sacarte leche cada 2 o 3 horas porque si no podés tener una mastitits?
Acabo de Google-imagear el término y ¡NO LO HAGAS! O mejor: SI, HACELO, a ver si naturalizamos estas cosas, porque esto PASA y, si vas a trabajar/estudiar/vivir con mujeres-madres tenés que saber que esto pasa y lo grave que puede ser.
– Una mastitis es una INFECCIÓN EN LA TETA.
Los conductos por los que sale la leche se inflaman porque no puede salir y se infecta. Fiebre, dolor, todo eso.
Por eso, si trabajás con una mujer que está amamantando, ella va a usar el lactario varias veces al día. La hora de lactancia no es un beneficio, es una necesidad.
En el lactario, si sos de los privilegiados que tienen jardín, es donde amamantas a tu bebé o, en la mayoría de los casos, donde te extraes la leche para llevarle.
Hay aparatos que se llaman extractores para esto, eléctricos o manuales. Los eléctricos son más cómodos (y caros) porque básicamente podés hacer otra cosa mientras tanto. Yo, por ejemplo, leo mails, veo videos, escucho podcasts, o miro redes sociales 😂.
– Con suerte lactario
La mayoría de las empresas no tiene lactario. Cuando fui a una charla de vuelta al trabajo, mi puericultora, Paola de los Santos, pidió que levantemos la mano las que tenemos lactario en la compañía. Éramos más de 100, sólo 4 levantamos la mano. Por lo que las mujeres se sacan en EL BAÑO. Lo menos cómodo e higiénico del mundo. Hace poco leía un posteo que decía:
-¿Prepararías tu ensalada en el baño?¿No?
Entonces, ¿por qué forzamos a las madres a preparar la comida de sus bebés ahí?
-Ahora vamos al tema de: el viaje
Aunque los bebés no pagan pasaje(o pagan muy poquito), es literalmente IMPOSIBLE hacer un viaje laboral con un bebé a menos de que la empresa (o vos, si es que te alcanza el sueldo) pague un acompañante. Algunas empresas hacen esto y me parece fundamental. Sacarse leche con extractor no es lo mismo que un bebito succionando, y ni hablar de lo emocionalmente complicado que es separarse tanto tiempo para vos y para el bebito también.
Pero teniendo en cuenta únicamente lo físico y fisiológico, hay que ser especialmente cuidadosa durante todo el viaje para poder continuar la lactancia a la vuelta. Nadie quiere tener una infección estando en otro país. Para eso tienen que estar las condiciones dadas, no se trata únicamente de nosotras.
Conozco varias mamás que tuvieron que destetar por lo complicado que se les hacía la logística de la extracción en viajes (y también en el trabajo).
– El aeropuerto
En EZEIZA, ¿hay lactario? Te desafío a siquiera googlear a ver si hay. ¡Ni siquiera parecemos estar haciéndonos la pregunta sobre si hay o no! Respuesta: No.
Yo viajé a San Francisco, y ahí si hay un lactario. Entonces, no es un sueño o una utopía lo que pido.
– El avión
¿Para qué usaste enchufes en un avión? ¿Cargar el celu, enchufar la compu?¿Alguna vez viste que algunos baños tienen enchufe también?
En el viaje de ida, mundo ideal, me saqué leche tranki panki en el baño. Bue, tranqui, me golpearon la puerta varias veces. Pero al menos PODIA HACERLO.
En el viaje de vuelta…
NO
HABÍA
ENCHUFE
EN EL
BAÑO DEL AVIÓN
Pregunté medio desesperada qué podía hacer. Le pregunté a las azafatas (mujeres). Todas estaban medio descolocadas con la pregunta.
-¿No tenés extractor manual?-No amiga.
Les pedí pilas para mi extractor (que acepta pilas), no tenían porque claro, no se puede viajar con pilas en el avión.
Así que bueno, queridxs, me tuve que sacar leche, tapada con una manta y ante la mirada de todxs, sentada en mi asiento.
Si me quedó algo de pudor tras el parto, lo perdí todo extrayéndome leche en el medio de la gente en mi asiento. Por eso escribo esto.
– Las actividades allá, en mi destino
Viajé a una capacitación intensiva, tengo el privilegio de trabajar en una empresa que tiene lactarios. Me extraje leche cada 2 o 3 horas, pero obviamente corriendo de acá para allá y teniendo que levantarme cada pocas horas, me perdí varias cosas.
Sería interesantísimo también, pensar en hacer breaks para que las mamás puedan extraerse leche, si queremos realmente contemplar sus (nuestras) necesidades.
También: ¿es realmente necesario que la capacitación sea en persona? ¿Se puede usar la tecnología para participar de forma remota?
– Qué hice con toda la leche que me extraje
No es posible traer del viaje la leche, porque necesita estar freezada y en el avión no hay posibilidad de mantener ese frío.
Leche materna que Caro se extrajo.
No quería tener que desechar la leche, es un alimento buenísimo para los bebés, que me costó muchísimo (físicamente) generar.
Por eso investigué y encontré centros de donación de leche materna en California. Al final, yo terminé dándosela directamente a una familia, pero existen bancos de leche que además te reponen las bolsitas que usás.
Si llegaste hasta acá, te agradezco de corazón que hayas escuchado mi historia y te quiero pedir algo más: empecemos a hablar de estas cosas, empecemos a pedir apoyo real en nuestras empresas, exigir que en los espacios públicos se incluya a las madres y seamos más empáticos con nuestras compañeras que vuelven de licencia de maternidad.
Además, si tenemos el privilegio de poder tener un trabajo (en blanco), con licencia de maternidad, de tener lactarios, de viajar, de tener la posibilidad de exigir una inclusión real, hagámos algo. Hablemos de esto, informémonos, preguntemos. Dejemos de poner excusas.
A veces se trata solamente de escuchar, de comprender, a veces es de poder aportar desde nuestro lugar o abrir espacios para que la maternidad sea un poquito menos difícil para otra mujeres y personas gestantes.