Matrimonio igualitario: defender lo logrado

Por Candela Moscoso Feuillade.
El 15 de julio de 2010, después de una jornada maratónica en el Senado de la Nación, la comunidad LGBTIQ+ pudo celebrar una ampliación de sus derechos con la aprobación de la ley de matrimonio igualitario que se dio con 33 votos a favor y 27 en contra.
El número de votos en disidencia no es un dato menor. Muestra cómo pensaban muchxs de lxs senadorxs en aquel entonces. Quienes se oponían a la ley fundamentaban su postura diciendo que “era un atentado contra la familia”, que “todo niño tiene derecho a tener una mamá y un papá” o mismo, como dijo la senadora Liliana Teresa Negre de Alonso, que temían por los contenidos en materia de educación sexual que iban a aprender les niñes si se se aprobaba la ley ¿Les suenan conocidas estas expresiones?
Si bien pasaron nueve años y miles de casamientos de parejas homosexuales -se habla de 20.000 matrimonios en todo el país-, aún hoy nuestra sociedad es altamente conservadora y sigue expresando un claro odio y rechazo hacia lo comunidad LGBTIQ+. No sólo en el ámbito privado en las familias o entre amigues, sino, también en las escuelas, la política (no olvidemos el debate en torno a la Ley de IVE donde se escucharon muchos argumentos similares a los de aquella noche) y más reciente aún, en el caso de la jueza lesbofóbica que sentenció a prisión a Mariana Solange Gómez por besar a su novia.
La ley de matrimonio igualitario marcó un antes y un después en muchos puntos. Argentina fue el primer país en Latinoamérica en sancionarla. El debate también dio lugar a que se trate la Ley de Identidad de Género y a que en muchas casas se empiece a debatir y a poner en duda el concepto de familia que se tenía hasta entonces.
Ronan Nuñez, colaborador de Publicitarias.org y Social Media Manager en Dinamarca PR, tenía 18 años en aquel entonces. Fue la primera vez que iba a una marcha de este estilo y fue con el chico que le gustaba y un par de amigues más. Por su parte, Tomás Balmaceda (a.k.a @CapitanIntriga), tenía 29 años en el 2010 y estaba de viaje, pero seguía todas las novedades sobre el debate a través de un periodista amigx que estaba cubriendo el evento en el Congreso.
Ambos recuerdan la importancia que tuvo la sanción de la ley más allá de lo personal. “Ampliar derechos siempre es una gran noticia y las sociedades contemporáneas debemos luchar para que más personas tengan más derechos”, sostiene Tomás.
La lucha por los derechos del colectivo LGBTIQ+ estuvo marcada históricamente por la violencia tanto psicológica como física. Hoy en día, Ronan entiende mejor la preocupación de su mamá cuando se enteró de que él estaba en la plaza mientras se llevaba a cabo el debate en el recinto; porque “hacía unos días a un amigo le habían roto la nariz mientras le gritaban puto de mierda” y porque ella sabía que a los chicos los agredían por vestirse de manera distinta o por hablar de un modo diferente. “Muchas cosas cambiaron, ahora me animo a ir de la mano o dar un beso. Pero hay tantas cosas por hacer. Hay tantas cosas por las que darnos abrazos y darnos apoyo”, destaca Ronan.
Las agresiones que vivieron y aún viven les miembres de este colectivo son solo algunas de las cosas que nuestra sociedad no pudo cambiar. Todavía falta mucho camino por transitar para poder terminar con todo tipo de discriminación.
Hechos como el que vivió David Palomino en el McDonalds ubicado en la Av. 9 de Julio y Av. Corrientes o como el violento ataque contra Lucas Mathias Gargiulo, un joven trans de 24 años, no pueden seguir ocurriendo y menos que menos, podemos seguir adelante si aún persiste este tipo de odio irracional.
“Muchos fuimos ingenuos y creímos que los derechos conquistados iban a estar ahí para siempre” reconoce Tomás y concluye: “Ahora con el regreso de fuerzas conservadoras como las que vemos en Brasil o las que se aliaron el año pasado en Argentina a raíz del debate por la interrupción legal del embarazo, descubrimos que debemos defender lo logrado, porque no basta la ley de matrimonio o de identidad de género, ahora hay personas que no las quieren respetar, tal como sucede con la Educación Sexual Integral”.
*Foto de archivo, Notife.
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