El peligro del “marketing feminista”
Por Yan De Simone.
“Yo quiero que mi marca sea solo de mujeres. Las mujeres quieren todas lo mismo: gastar la extensión de la tarjeta de su marido y tomar el té en lugares lilas. Hasta haría un sólo baño, que sea sólo de mujeres, nada de inclusión, de gays, nada de eso, sólo mujeres. Un lugar hecho de mujeres para mujeres”; escuché hace muy poco en una reunión, de un cliente (que por supuesto ya no lo tenemos más).
Ahí, en esa tarde caribeña, el machismo se puso el disfraz del MARKETING DEL FEMINISMO, teniendo como objetivo llevar a la mujer, cara visible de la marca, a sentarse con mujeres emprendedoras, empoderadas, y “no parar hasta que se siente junto a Oprah”.
¡Hola marketing del feminismo, estamos corriendo peligro!
Salimos de esa reunión y le dije a Juli: “No puedo creer lo que acabo de escuchar, esto es un peligro!”. Sí, porque no íbamos a transar. No íbamos a ser parte de una campaña de PINKWASHING. Realmente teníamos todas las herramientas y el desafío para deconstruirlo, pero éste relato viene a cuento de lo que veo a menudo como publicista y comunicadora.
Hoy pienso en las marcas que se subieron, se suben a la ola de la mujer empoderada y emprendedoras que se escudan detrás del discurso pero siguen manteniendo los mismos órdenes de desigualdad, son UN PELIGRO a poner foco y atención.
La cultura del GIRLBOSS, marketing del empoderamiento, o cualquier otro término que se use para edulcorar e infantilizar nuestro rol en puestos de trabajo, debería empezar su ocaso en este 2020 si queremos, realmente, darle lugar a otros temas como la brecha salarial y correr al machismo, que desde sus puestos directivos, miembros de boards o inversores, piensan campañas donde ponen a alguna mujer al frente para mostrar cuán inclusivos son y acrecentar sus ganancias.
La mujer empoderada en estos términos es otro estereotipo inalcanzable: no levanta la voz, no se estresa, agradece absolutamente por todo y sonríe aunque la están estafando en su cara.
Ahora que comienza “EL MES DE LA MUJER”, estemos alertas.
Necesitamos profesionales de marketing y comunicación en las marcas que sepan que el feminismo no es hablar de empoderamiento y subestimar a las mujeres en reuniones, hacer workshops para mujeres y sólo inyectarlas con información para usufructuar con sus necesidades. Necesitamos industrias que empleen mujeres, LGBTQI+, marcas que no basen su comunicación en un contenido falso e hipócrita, necesitamos el compromiso de directivos de empresas para que se acaben las marcas con un discurso feminista e inclusivo sólo para capturar el target y seguir puertas adentro con un sistema opresivo y desigual. Necesitamos un cambio de adentro hacia afuera. Necesitamos responsabilidad.
No es la primera vez que salgo de una reunión con éstas características, pero sí fue bisagra. Decidimos que nunca más vamos a poner por delante el desafío del trabajo profesional por sobre la coherencia, nuestros valores e intuición. Éste cuento termina en que no sólo apuntaban al “make up de la mujer empoderada y emprendedora”, sin avanzar con nuestra estrategia y comunicación con perspectiva de adentro hacia afuera, sino que también ése trabajo realizado no fue considerado ni pago en su totalidad, pero es secundario frente al peligro del relato que muchas marcas como esta quieren vendernos y la construcción, una vez más, de un estereotipo de mujer que ahora también tiene que ser EMPRENDEDORA. Ya no basta con ser lindas, flacas, ya no basta con el amor propio ni con ser buenas madres, también debemos EMPRENDER y ser empresarias, self made women, o como quieran llamarnos. No es nuestra obligación ser nada de eso, ni es algo tan posible y fácil como dicen, no hay tal cosa como una persona exitosa o millonaria que se despertó de un día para el otro vendiendo tortas de unicornios y amasó una fortuna.
Pienso en las mujeres con puestos de poder que siguen viviendo bajo el régimen machista, pienso en la gran posibilidad de transformar que tienen pero el patriarcado se las devora cada día. Pienso que podemos hacer algo al respecto, pienso que ponerlo sobre la mesa es un punto de partida, pienso en la responsabilidad que tenemos las agencias, medios y comunicadorxs en no validar esa doble moral, pienso que las marcas deben informarse, educarse, construir.
Pienso que visibilizar nos ayuda a sanar, a seguir deconstruyendo y minimizar el peligro que corremos con el marketing feminista.
Al menos ahora, que nos empiezan a ver.
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