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La industria tiene que cambiar: DERECHOS MAPARENTALES

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la ONG Publicitarias y el medio Feminacida redactaron una carta para reiterar los reclamos históricos de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, no binaries y feminidades intersex trabajadoras de la Industria de la  Comunicación, el Marketing, la Publicidad y el Periodismo para exigir un ámbito laboral y un ejercicio de la profesión más equitativo, inclusivo y diverso. 

Voces de personas y organizaciones expertas en cada temática, fueron invitadas para redactar una nota sobre uno de los reclamos de la carta en el cual tuvieran experiencia, para profundizar sobre el tema.

Melisa Garcia, abogada feminista, presidenta y fundadora de Abofem Argentina.

Uno de los grandes desafíos a la hora de hablar de igualdad, entre muchas comillas, es poner en valor las tareas de cuidado y el reconocimiento económico de ellas. En el mundo del trabajo, es fundamental  la eliminación de la romantización de las tareas de cuidado y la carga en forma exclusiva en las mujeres que maternan, disfrazándolas de discursos  de amor y entrega. Esto lo podemos ver cristalizado en el hecho de no equiparar las licencias por mapaternidad, no crear espacios aptos para la lactancia, solo como para ejemplificar y claramente encubriendo, de esta forma, el hecho de que aún  la maternidad deja a la mujer  inmediatamente excluida del mercado laboral, coartando el crecimiento y desarrollo profesional. Si bien existe un proyecto de ley que busca ampliar las licencias laborales que contempla lo antes mencionado, hasta el momento no ha habido más avances al respecto. 

Las licencias laborales por nacimiento de unx hijx, o por cuestiones relativas a su salud, al equiparse entre  varones, mujeres y por supuesto para identidades diversas, tiene un doble significado: por un lado,  la igualdad entre quienes eligen mapaternar como plan de vida y que necesitan de licencias de igual plazo para dedicar tiempo de calidad a la crianza, y por otro, reconocer que no es una carga meramente de la mujer, que su vida no se agota en la maternidad y que su actividad profesional también es importante y, por lo tanto, no debería quedar expulsada o limitada de la vida profesional. 

Quienes eligen mapaternar no tienen los mismos derechos y siempre la relegación de la vida profesional recae sobre las mujeres. Con esto no busco en lo absoluto una mirada binaria, sino que cuando hablamos de diversidades tenemos que mencionar que aún están muy por fuera de acceder al trabajo formal. Este hecho me lleva a decir que aún buscamos a Tehuel, un varón trans que fue a buscar un empleo y no volvió más. 

Cuando avanzan los discursos que mencionan con total liviandad que “todos somos iguales, que tanto varones y mujeres podemos acceder de igual forma a puestos de trabajo”, tengamos en cuenta  que  no es tan así, ¿por qué no lo es? Porque mientras no se equiparen las cargas de los cuidados de manera equitativa, mientras no accedan al trabajo formal las diversidades, las desigualdades se seguirán perpetuando. Esta es una de las tantas explicaciones de porqué vivimos en una sociedad tan desigual en la que no todes podemos ejercer nuestros derechos libremente. Al fin y al cabo, los derechos, sin su aplicación efectiva, son normas escritas que tenemos que tomar como base para seguir luchando y que se garantice real  su ejercicio.

Te invitamos a sumarte firmando la carta para exigir que se lleven adelante acciones para transformar el ejercicio de la profesión y garantizar un ámbito laboral inclusivo, equitativo, diverso y libre de violencias.

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